Y ahora que apareces
como sombra taciturna,
como un dejo del destino
que no deja de gritar
Que te asomas en silencio
al rincón de mi ventana,
y me miras como un niño
ya cansado de llorar
Te contemplo desde lejos
(ay amor que se me fue)
prisionero de mis sueños
cual eclipse de un ayer…
Cuántas cosas nos perdimos
por temor a un paso más…
por mirar sin elocuencia
nuestro largo caminar
Por dejar que de las manos
se agotara la pasión…
y por ser tan temeroso
se escapó mi corazón!
Eileen