Un poeta se alimenta
de la vida…de los sueños,
de las horas y del tiempo
Del olor de la distancia
del sabor de los recuerdos…
y del pacto de la luna (con tus besos)
Se alimenta de las manos
apuradas de caricias…
de la vida a la deriva
en el mar que hay en tu alma
De las noches que no acaban
y de aquellas madrugadas…
donde a solas en la cama
arrullamos las miradas
Un poeta es la guarida
de las horas más ausentes,
y del grito de la muerte
por quererte y no tenerte
Es la playa donde arriban
las sirenas al desnudo…
y también es como el yugo
que se clava a un corazón
Eileen