A puerta cerrada renovamos las fuerzas del alma,
y aunque a veces apretamos los silencios…
y lo ahogamos en los mares de unos versos
No podemos evitar el triste canto
que se escucha enredarse con el viento…
esas noches cuando duele el corazón
Y meditando en el bálsamo de un sueño…
cuántas veces hemos visto claudicar a la razón,
que se pierde en la estampida de un recuerdo
Y que logra arrebatarnos un gemido…
que se escapa tantas veces malherido,
de este pecho que ha sangrado de dolor
Eileen