Quién pudiera acampar sobre tus valles
en los cerros que se curvan por tu cuerpo,
y agitar como los vientos tu cabellos…
en la danza inofensiva de los cielos
Quién pudiera deslizarse con sus dedos
pretendiendo acariciar tus rizos negros,
inquietante intimidad que me desvela…
y provoca de mi piel hasta mis sueños
Esta noche estoy ceñida de deseos…
y me embriago con el vino de tus besos,
derramando lo que soy entre suspiros…
escondiéndome en tus pliegues masculinos
Porque hambrienta de tu piel (estoy desnuda)
desde el alma, el corazón hasta los labios…
y me muero por tocarte con mis manos
y tomarte con pasión hasta saciarnos!
Eileen